
Un verano verano en manada lleno de visitantes
Mi manada y yo seguimos disfrutando del veranillo de San Miguel, ese que nos hace saber que el final de esta estupenda estación se acerca, y mientras reflexiono el cómo ha sido nuestro verano.
Este verano hemos recibido a un montón de canes, cada uno con su lenguaje canino, y ha sido un placer poder compartir con todos ellos, esos momentos de gruñidos, sonrisas, empujones, carreras, siestas,… en definitiva, ese maravilloso lenguaje animal que tanto me gusta estudiar y observar.

No voy a engañar a nadie
No creáis que ha sido un paseo por las nubes, ya que con mucho trabajo y dedicación, se consigue tener una manada de más de 20 perros en la que prime la educación y el respeto, perfectamente jerarquizada dentro de sus normas como hacen en su estado natural.
Una manada formada por perros de distintas razas (pastores alemanes, doberman, caniches, bodegueros, mestizos, lobo cheka, huskies, bracos, etc…) machos o hembras, cachorros, adolescentes o adultos, cada uno con sus manías, con sus inseguridades o gamberradas.
Pero en definitiva una manada, creada por mí y unida bajo un mismo territorio (el de mi manada y el mío), territorio, que han respetado y defendido como si fuera el suyo.

Todos ellos se han ido integrando uno a uno, como si de un gran equipo se tratara. El tiempo, el respeto y la convivencia, han hecho que todos estos perros, hayan podido convivir en armonía apoyados en mi liderazgo guiándolos, corrigiéndolos y premiándolos en cada acción que lo necesitasen.
Se me olvidaba comentaros que, este año, se incorporó con nosotros, mi precioso Santana, mi caballo tres sangres, que ha convivido con ellos y se ha comportado como uno más.
Por todo ello,… puedo decir que me siento orgullosa de haber vivido, un verano más, esta gran experiencia. Seguir observando y comprobando como, una vez más las distintas especies, controladas con sus normas y lenguaje, nos dan lecciones de buena educación y saber estar, nos dan lecciones de sentido común y templanza.
